Ramon Luis Cintron Rivera

Con inmenso pesar y con un profundo amor en nuestros corazones, anunciamos el fallecimiento de Ramón Luis Cintrón Rivera, nacido el 3 de diciembre de 1968 en Río Piedras, Puerto Rico, y quien partió a la eternidad el 27 de agosto de 2025. Ramón fue un hijo, esposo, padre, abuelo, hermano y amigo extraordinario que dejó huellas imborrables en la vida de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo.

Hijo de los ya fallecidos Juana Rivera Figueroa y Ramón Luis Cintrón Ortiz, creció en el calor de una familia que le enseñó los valores de la humildad, el trabajo duro y la unión. Esos valores los llevó siempre consigo, reflejados en su manera de vivir y de amar a los suyos.

Ramón compartió su vida con su querida esposa Nilda Ivette Ortiz Robles, su compañera fiel y el amor de su vida. Juntos formaron un hogar lleno de cariño y respeto, del cual nacieron sus tres mayores tesoros: sus hijos Raymond, Eliezer y Griseliz Cintrón Ortiz. Para ellos, Ramón fue no solo un padre, sino un ejemplo de fortaleza, entrega y orgullo. Su felicidad se multiplicó con la llegada de sus siete nietos, quienes iluminaron sus días y a quienes dedicaba todo el amor de un abuelo alegre y juguetón.

Ramón también deja a sus cuatro hermanos, así como a un hermano que la vida le regaló, Alberto Cordero, quien se convirtió en más que un amigo, en un verdadero hermano del alma, compañero inseparable de aventuras y confidente en todo momento.

Quienes lo conocieron saben que Ramón fue un mecánico reconocido y querido por todos. Su taller no era solo un lugar de trabajo, sino un espacio donde recibía a la gente con calidez, dispuesto siempre a ayudar. Tenía un talento especial para arreglar lo que parecía no tener solución, y lo hacía sin esperar nada a cambio. Su habilidad, su honestidad y su disposición lo hicieron un pilar en su comunidad.

Pero Ramón era mucho más que su oficio: era un hombre alegre, con un corazón noble y una risa contagiosa. Le encantaba hacer bromas, compartir buenos momentos con familiares y amigos, y siempre buscaba la manera de sacar una sonrisa a los demás. Tenía la habilidad de transformar cualquier reunión en una celebración de vida.

Por encima de todo, Ramón fue un orgulloso puertorriqueño. Amaba su isla, su cultura, su música, su gente. Ese orgullo lo llevó siempre consigo, dondequiera que estuviera, y lo transmitió a sus hijos y nietos como un legado invaluable.

La partida de Ramón deja un vacío imposible de llenar. Sin embargo, su memoria vivirá por siempre en el corazón de quienes lo amaron. Su bondad, su alegría y su espíritu generoso serán recordados con gratitud y ternura.

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English

With deep sorrow but with hearts full of love, we announce the passing of Ramón Luis Cintrón Rivera, born on December 3, 1968, in Río Piedras, Puerto Rico, and who entered eternal rest on August 27, 2025. Ramón was a son, husband, father, grandfather, brother, and friend whose life was filled with love, laughter, and kindness. He will forever be remembered by all who had the blessing of knowing him.

Born to the late Juana Rivera Figueroa and Ramón Luis Cintrón Ortiz, Ramón grew up learning the values of humility, hard work, and family unity. These values became the foundation of his life and guided the way he loved and cared for those around him.

He shared his life with his beloved wife, Nilda Ivette Ortiz Robles, his faithful partner and the love of his life. Together, they built a home full of love and respect, raising their three children: Raymond, Eliezer, and Griseliz Cintrón Ortiz. For them, Ramón was more than a father, he was a role model, a protector, and a source of pride. His joy only grew with the arrival of his seven grandchildren, who became the light of his days and who will always remember their playful, caring, and loving grandfather.

Ramón is also survived by his four siblings, and by a brother life gave him, Alberto Cordero, who became more than just a friend,he was truly a brother of the heart, a constant companion, and a confidant through all of life's moments.

Ramón was a well-known and greatly loved mechanic, admired not only for his skill and dedication but for his willingness to always help others. His workshop was more than a workplace; it was a welcoming space where people came not just for repairs, but for the warmth and generosity that Ramón so naturally shared. He had a gift for fixing what seemed beyond repair and always did so with honesty and a smile.

Beyond his work, Ramón was a man of joy and lightheartedness. He loved to laugh, to tell jokes, to make others smile, and to turn even ordinary days into moments of happiness. His sense of humor and lively spirit made every gathering feel like a celebration of life.

Above all, Ramón was a proud Puerto Rican. He carried his heritage with immense pride, in his culture, his music, and his people. He passed down that pride to his children and grandchildren, ensuring that his love for Puerto Rico will live on in them.

Though his passing leaves an irreplaceable void, his memory will live on forever in the hearts of those who loved him. His laughter, his kindness, and his generous spirit will never be forgotten.